viernes, 2 de mayo de 2008

Alquimia mexicana


El cine mexicano moderno se ha caracterizado por tener un enfoque centrado en la humanidad de los personajes. Desde "Amores Perros", hasta "Sexo, pudor y lagrimas", tienen tramas centradas en los defectos y problemas intrínsecos al hombre. No existe un hilo conductor externo a la personalidad del individuo. Éste es el mismo caso de "La sangre iluminada", de Iván Ávila Dueñas. (Ver Trailer)

El largometraje es el segundo proyecto del director zacatecano. Su primer película "Adán y Eva (todavía) fue nominada al Ariel. En "La sangre iluminada" nos enfrenta a un tema metafísico, increible, pero, según algunas religiones, posible: la transmutación del alma. Si se hace un recuento histórico no es posible ignorar relatos como El Golem, la tradición alquímica e incluso la brujería. A pesar de ello Ávila se aleja de cualquier referencia metafísica, grave error para la coherencia de la película.

Si bien la película es un respiro de inovación para el cine mexicano, la película se ubica en lugares comunes. Los saltos de alma se dan entre seis diferentes personajes, cada uno con un estatus socioeconómico distinto. El autor intenta hacer una relación entre las seis personas, de cierto modo siguiendo el estilo de Arriaga. Es en este punto en donde la película deja de ser tan atractiva. Los saltos de alma no tienen una razón de ser. El director hace una increíble labor en la dirección de actores y en encauzar los sentimientos del espectador, pero no organiza bien la película.

La película tiene un ritmo similar al que utiliza Reigadas. El problema es que los saltos entre las almas terminan por desesperar a los cinéfilos, ya que no existe razón de la transmutación. La tradición alquímica marca como regla la ley del equilibrio del intercambio: Cuando algo se gana, algo de igual valor debe perderse. La película no sigue esta rubrica. Es sólo hasta el final del largometraje que se explica un poco del sentido de la trama. Los últimos minutos logran rescatar esa sensación del principio de la película, dejando al espectador complacido con la idea en general.

La fotografía y el arte son sobresalientes. De igual modo las actuaciones de
Gustavo Sánchez Parra, Joaquín Cosio, Joustein Roustand y Jorge Zárate son espectaculares. En especial un reconocimiento para Joaquín que deja los sentimientos a flor de piel en la pantalla, una interpretación inspirada.

Creo que "La sangre iluminada" es una película hecha de pequeños parches bien seleccionados. Las historias, en su individualidad, resaltan, pero no son un conjunto suficiente para llamarlo largometraje. A pesar de ello el filme está bien logrado y puede ser muy interesante para aquellos que buscan propuestas inteligentes y diferentes en cartelera.


No hay comentarios: